miércoles, 19 de enero de 2011

ELLA




Ella lleva por dentro su caminito hecho,
le cuelga el corazón a lo lejos...
Cualquier caminante que por su ciudad transite
no es capaz de ver sus rosas y sus jazmines.

Ella está toda hecha con la madera de una caja de sorpresas
es azucena entre maleza...

¿Puedes tú andar su caminito?
Lleva contigo algo cortante
que no te falte luz en la sangre.
Cuando viajes por su senda,
no olvides olvidar las horas y los días,
no te anuncies, sólo llega...
Si es que puedes destruir toda la maraña
que a tu paso encuentras.

Cuando la halles, escucharás un silencio profundo
y a lo lejos, dos que tres notas de grito.
En una tacita, chocolate caliente
en un cofre verde, atesora unas cuantas sonrisas,
tres o dos carcajadas,
y un redoma lleno
de lágrimas no extintas.
Podrás ver en sus ojos
una niñez infinita,
un canto entre dientes
y algunos versos en paredes.

Cuando te sientes a su mesa
verás una Biblia abierta,
un pedazo de luna,
una carta incompleta
una cruz a cuestas...

Lleva marcada la frente con sangre eterna
aunque de carne mortal esté hecha...

Te advierto, no te distraigas,
si su camino encuentras,
a tu paso con tu luz de sangre
canta una canción que a su alma te ate
corta con tus filos la zarza

¡No te distraigas!
que tus ojos no engañen a tu alma!

Unos cuantos versos, hacen que su mirada
ya no te espante,
la verás frágil entre las ramas,
mas no falles, su interior es de acero
Oh no! con ella nunca sabes

Ya te dije: antes de encontrarla,
verás que la oscuridad te abrace
mas no desesperes
es sólo su escondite
no te amilanes
allá en el fondo de su caminito...
Ojalá la halles!
con su cruz a cuestas
y en la frente, su mancha de sangre.

Julie A. Estévez Guílamo

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